BUENA GENTE
(que bueno es ay por dio)
Esta es la historia de un animal en estado salvaje en la
ciudad, en una ciudad muy grande, llena de edificios
altísimos de millones de colores, olores y Dolores.
El Sr. Ganso viajaba siempre con su maletín, no
importa como pienses que lo agarra, pero el siempre
lo llevaba en el ala, y recorría la ciudad en busca de
cosas en general. Le encantaban las cosas.
En una ocasión, nuestro amable Sr. Ganso, cruzaba
una de las gigantes avenidas de la ciudad, cuando de
repente, vio como se encendieron las luces en verde
y una señora aun continuaba cruzando la calle como
podía. Era su oportunidad de hacer una buena obra.
Nuestro querido Sr. Ganso, soltó su inseparable maletín
de puta madre y despego volando hacia ella graznando
para que los vehículos frenasen. Y así como si de un
héroe se tratase, el pato de los huevos cogió a la vieja,
y la llevo hasta la acera como pudo.
La señora, muy agradecida, rebusco en su bolso y saco
cosas que pudieran contentar al Sr. Ganso, que por
supuesto, ya poseía otra vez el maletín.
Le dio canicas, una cuña de chocolate, un interruptor
de la marca Simón, un Black Lotus, un tablero
de melamina color haya de 54 x 43 cm y por ultimo
una factura en B.
El Sr. Ganso, se quedo deslumbrado por tener
¡tantas cosas!, pero de repente se le nublo la mirada
cuando vio esa factura.
-¡Señora!, ¡esta factura no lleva su IVA correspondiente!-
dijo el Sr. Ganso, bastante malhumorado. La señora, sin
decir ni una palabra saco las pelusas de los bolsillos.
No tenia ni un duro.
El ganso, dando la vuelta a su maletín mostró aquel
símbolo horroroso rotulado: Ministerio de Hacienda.
Enseñanza: No todo es oro lo que brilla. Yo me hubiera comido la cuña.
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